Este reloj no se trata solo de un modelo deportivo elegante, es un ícono cultural que refleja una época, su sociedad y el glamour de Piaget. El Polo ’79 regresa como un recuerdo de la relojería sofisticada, que no solo celebra su historia y evolución, sino también el espíritu audaz y glamuroso de una época que marcó para siempre la estética de un reloj de lujo.
Este es el regreso de un reloj que transmite el regreso del glamour atemporal, si, nació para no olvidarse y convertirse en un ícono en la línea del tiempo. Piaget ha sabido forjar su tradición, construir un legado y ganarse una reputación en audacia como pionero en relojes ultraplanos.
En 1979, esta casa relojera presentó el reloj Piaget Polo, como bien sabemos esta marca también se distingue por escuchar a sus clientes, pues bien, este modelo surge como respuesta a una necesidad de los amantes de la relojería, quienes “deseaban mantener la elegancia incluso en el deporte”, como lo mencionó en algún momento Yves Piaget.

No, Piaget no seguía la corriente -una postura que seguimos viendo con el lanzamiento de este año del modelo Sixtie-, ellos crearon su propio lenguaje de lo que era un reloj deportivo hecho completamente en oro, que combinaba sofisticación, resistencia y diseño integrado. En una era donde el acero dominaba las colecciones deportivas, el Piaget Polo rompió esquemas al unir la deportividad con la opulencia.
«Realmente teníamos que responder a esta demanda particular de nuestros clientes que están acostumbrados a obtener solo relojes de vestir. Pero ahora a nuestros clientes les gusta hacer cada vez más deportes. Eso es parte de la evolución de nuestras vidas hoy. Quieren ser exquisitos, incluso en el deporte. Quieren usar un mejor reloj, incluso en sus deportes. Así que creamos esta línea deportiva que es resistente al agua, a los golpes», explicó Yves Piaget.
El glamour de la Sociedad Piaget
La historia de Piaget es muy interesante, en los años setenta y ochenta fueron la era dorada de la Sociedad Piaget, un círculo de artistas, actores, aristócratas y visionarios que encarnaban la joie de vivre de la marca. Yves Piaget era su epicentro, un embajador del estilo que mezclaba pasión ecuestre, gusto refinado y carisma.
Entre los miembros de esta sociedad se encontraban Ursula Andress, Andy Warhol, Elizabeth Taylor, Salvador Dalí, entre otros. Los eventos organizados por Piaget fueron la perfecta expresión del espíritu de la época: lujo sin esfuerzo, sofisticación con audacia y una dosis de irreverencia chic.
En ese contexto nació el Piaget Polo, parecía natural desarrollar un reloj tan cómodo en la muñeca de un jugador de polo como en la de un ícono de la moda, un reloj que fuera bien en cualquier escenario. El diseño tendría que ser bien estudiado para lograrlo, estética fluida, con la caja, la carátula y el brazalete fusionados en una misma identidad visual.

Un reloj que lucía tanto en los clubes nocturnos de Nueva York (Regine’s, Studio 54, por nombrar solo algunos) que en los Polo Clubs de Palm Beach.
Piaget logró un equilibrio magistral: un reloj resistente al agua y a los golpes, pero con la apariencia de una joya. La manufactura suiza, fiel a su herencia, no hizo concesiones: solo trabajaba con metales preciosos, consolidando el Polo como el “ultimate sports watch” de su tiempo.
El secreto de su perfil delgado y ergonómico estaba en los movimientos ultraplanos que ya eran sello de la casa. En 1976, Piaget había presentado el calibre 7P, el movimiento de cuarzo más delgado del mundo en su momento. A principios de los ochenta, este fue reemplazado por el 8P, aún más delgado con apenas 1,95 mm. Sin embargo, Piaget también equipó ciertos modelos con el célebre calibre mecánico 9P, un hito en la relojería suiza por su elegancia técnica.

El éxito fue inmediato. El Polo se ofreció en múltiples variaciones: redondas, cuadradas, engastadas con diamantes o en oro bicolor. Hubo versiones con calendario perpetuo, modelos femeninos y hasta ejemplares con correa de cuero. Cada uno conservaba el ADN de lujo contemporáneo que definía a Piaget.

Piaget Polo ‘79: regresa una leyenda
Hoy, 45 años después, Piaget revive su ícono con una reinterpretación que respeta el diseño original, pero adaptada al gusto actual. El nuevo Piaget Polo ‘79 conserva la pureza del modelo de 1979, pero incorpora el calibre de manufactura ultraplano 1200P1, visible a través del fondo de zafiro. Este movimiento automático, símbolo de la excelencia técnica contemporánea de Piaget, reemplaza los antiguos calibres de cuarzo y refuerza el compromiso de la Maison con la relojería mecánica de alta precisión.

La caja ha sido ligeramente ampliada a 38 mm, un tamaño ideal que equilibra elegancia clásica y presencia moderna. Ejecutado íntegramente en oro de 18 quilates, el Piaget Polo ‘79 conserva ese brillo cálido y distinguido que cautivó a la jet set en los años dorados del lujo.
Más que una reedición, es una declaración: un homenaje al espíritu libre, sofisticado y glamuroso de la Sociedad Piaget, reinterpretado para una nueva generación que valora tanto la herencia como la autenticidad.
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