La historia se escribe en el tiempo. El cronógrafo Heuer Monza de TAG Heuer es el icónico reloj que ha sido fiel al ADN de la marca de relojes suiza. Para celebrar su 40 aniversario lanzan una reedición inspirada en un modelo de 1925, un cronógrafo completamente negro, equipado con pulsómetro (para medir el ritmo cardíaco), escala taquimétrica (mide la velocidad) y agujas y contadores rojos como alusión al mundo de las carreras.
En 1976, Jack Heuer, bisnieto del fundador de la marca, diseña un cronógrafo para celebrar el primer título de campeón del mundo de Niki Lauda con FERRARI. La casa de relojería suiza era entonces cronometrador oficial de la escudería (lo fue de 1971 a 1979) y la inscripción MONZA apareció por primera vez en la esfera de un reloj.
Este año evidentemente existen cambios pero se respeta la esencia del original. Su caja fue hecha con titanio grado 5 (antes era de acero), ¿qué implica? una ligereza increíble y más resistente a los golpes. Te estarás preguntando, ¿cómo lograron ese negro intenso? Es gracias a que el material ha sido tratado con carburo de titanio. Otro cambio es la dimensión de la caja, la crecieron 3 mm en relación al pasado, ahora es de 42 mm. Está equipado con una pulsera «super racing» de piel de becerro negra con pespunte que reproduce el diseño de los volantes con tres radios de los coches de la época.
Dotado de un calibre automático 17, cronógrafo con los dos contadores cronógrafos en las 3h y las 9 h. En el fondo podemos ver el logotipo HEUER grabado, con lacado rojo, y numerado.
Un must para los coleccionistas.