Uno de los episodios secretos de las marcas relojeras es la creación de relojes eróticos. Este tema no es nuevo, se registran en la relojería clásica desde la antigüedad, figuras que evocan el deseo y el amor de manera impecable si hablamos de trabajo artesanal.
Los relojes con escenas eróticas requieren de habilidad y dominio de los oficios artesanales con más antigüedad como el esmaltado, grabado y claro, si hablamos con miniaturas en movimiento, las marcas relojeras han recurrido a movimientos autómatas, una hazaña técnica que pocos dominan.
Un espectáculo erótico en tu muñeca con origen desde el siglo XVII, eran los secretos mejor guardados, los clientes disfrutaban de la sincronía de las horas y los minutos al compás de la felicidad y el deseo. Autómatas o repetidores de minutos que ofrecían una animación cada determinado tiempo.
El fervor se extendió en el siglo XVIII pero ahí no acabó la historia, siempre surgen nuevos clientes con el ánimo de originalidad en sus guardatiempos, caprichos que solo algunos poseen porque por lo general se trata de piezas únicas o muy limitadas en piezas o por mercado que generalmente proviene de Asia.
Los relojes eróticos requieren de ingenio técnico, detrás de la sonrisa o diversión que pueden generar, este tipo de relojes no son tan sencillos como parecen. Algunos replanteamientos mecánicos que empaten con la estética que se quieren lograr en las carátulas. Por lo general, estos relojes son una obra de arte en miniatura, independientemente del juicio que pueda arrojar tu cabeza.
Relojes que siempre inician una conversación, a veces peligrosa porque se ven involucrados aspectos culturales, morales y algunas otras connotaciones. Para lograrlo, se demandó la ruptura moral de los relojeros y las marcas o bien, ir contra lo establecido social o religiosamente hablando.
No es que las marcas van anunciando estos relojes con bombo y platillo, guardan la información por un tema de sensibilidad cultural, afortunadamente esto está cambiando. El mercado es muy pequeño y depende mucho del país pero ahora se tiene una lectura distinta acerca de este tipo de relojería.
Imaginación, creatividad y destreza técnica son los tres elementos indispensables para crear un reloj en el cual se fusione el tiempo y el sexo.
Por ejemplo, este reloj de Richard Mille es una revelación de deseo con humor, un modelo erótico moderno que seguro llamará la atención de más de uno, incluso más de uno se sonrojará.
Y como la lista puede ser larga, te dejo otros modelos y por favor, cuéntame cuál ha llamado más tu atención.