Ferdinand Berthoud lanza la edición de 1785, que comprende cinco interpretaciones únicas del cronómetro FB 1R. Todos están elaborados en bronce y presentan una pátina artística diferente. Esta edición de 1785 rinde homenaje a la expedición más importante de la historia naval francesa, la de las fragatas Astrolabe y Boussole.
Todos los relojes producidos por Chronométrie Ferdinand Berthoud son el resultado de un enfoque innovador en la relojería. El diseño, el movimiento y el acabado, y de hecho todo lo que compone este cronómetro con tourbillon y fuerza constante, es exclusivo de este modelo y corresponde a una búsqueda intransigente de la excelencia.
Materiales
Los puentes de calibre FB-T.FC.R-2 están hechos de níquel sin tratar. Esta aleación de cobre, zinc y níquel se puede pulir a un brillo excepcional, pero sigue siendo extremadamente frágil y cualquier imperfección es irreparable. El níquel plateado también se distingue por su cálido color gris, muy apreciado por los entendidos.
Se sienta especialmente bien con el bronce, un material utilizado por primera vez por Ferdinand Berthoud, pero firmemente anclado en la historia de la relojería y la navegación. A pesar de su tendencia a oxidarse, tiene un lugar firmemente establecido entre los materiales adecuados para la relojería. Su nobleza inherente proviene del uso que data de tiempos prehistóricos.
El puente de tourbillon de acero en forma de flecha está decorado con un cuidado meticuloso. La superficie superior está pulida con espejo, los lados son de grano recto y los ángulos están pulidos.
El cono de reserva de potencia está pulido con espejo. Los dos puentes que enmarcan el tourbillon están calados. La cadena está compuesta de 790 piezas de acero y mide 285 cm de largo, está completamente terminada a mano. Los lados están cepillados y satinados, mientras que las superficies planas están pulidas.
Alta precisión
Las operaciones de acabado de los componentes, cualquiera que sea su lugar o función, se realizan manualmente por Chronométrie Ferdinand Berthoud utilizando herramientas tradicionales. El control de calidad de este acabado se lleva a cabo con un grado de aumento mucho más alto de lo habitual en la industria relojera: una lupa de 6x. En este nivel, ni el más mínimo detalle podría pasar desapercibido. No se tolera ningún defecto, imperfección o inadecuación.
Tal es la realidad de la excelencia relojera apreciada por Ferdinand Berthoud, cronometrador de los exploradores. Este respeto por la tradición relojera expresado de manera moderna a través de los cronómetros de Ferdinand Berthoud seguirá siendo el núcleo de los desarrollos futuros de la Maison.