Un capricho de Hermès con o sin diamantes, al descubierto o con discreción, oro o acero, en la muñeca o colgante, así de versátil es el nuevo reloj femenino Kelly.
Este emblemático reloj femenino fue creado por la casa de lujo en 1975, desvela nuevas facetas de su espíritu libre. Fijado a un brazalete de metal, llevado como colgante o con diamantes engastados, sabe cómo reinventarse sin jamás perder atractivo.
Después de 47 años todavía se reinventa como una declaración de estilo y expresión de feminidad singular; ha tomado prestada su forma del candado que acompaña al emblemático bolso del mismo nombre, creado por Robert Dumas en la década de 1930.
Kelly, un reloj-joya que ya es considerado un ícono en la relojería de Hermès, en cualquiera de sus versiones, se confirma con elegancia y delicadeza.
Para dar mayor juego, el reloj Kelly se puede introducir en una bolsita negra de becerro Box o aligátor liso que, unida a un cordón de piel, lo convierte en un colgante para llevar al cuello.Existe en cinco variantes: acero, oro rosa, con o sin engaste de diamantes, carátula blanca con destellos o de nácar natural blanco.
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