Pasión, creatividad, dominio técnico y estético son los pilares de una marca como Arnold & Son. Relojes diferentes con acabados impecables, de los preferidos por coleccionistas.
La historia de esta marca relojera inicia con una visión de un relojero inglés llamado John Arnold, aventó la moneda al aire, y establece su negocio en 1762 con una pronta aceptación. De hecho, la realeza valoró sus creaciones, fue para el Rey Jorge III que hizo el repetidor más pequeño.
Así es como inicio la aventura de una marca que se ha distinguido por una congruencia y el apego con la relojería tradicional y la innovación de nuevas formas de mostrar el pasar de las horas y los minutos.
Hacer los primeros cronómetros marinos le valieron el respeto de muchos, de hecho, su audacia le permitió registrar varias patentes que contribuyeron a la evolución de la industria relojera.
El objetivo y reto de los relojeros es conseguir la máxima precisión. Arnold & Son se reconoce por su incansable búsqueda de un valor, su historia es un fiel guardián de la fiabilidad y belleza. Muchos cronómetros de la Royal Navy llevan su firma como muestra de confianza a la precisión del relojero.
El hijo de John Arnold (de ahí el nombre de la marca), fue aprendiz del revolucionario y genio relojero francés Abraham Louis Breguet, seguramente mucho tuvo que aprender de él. Como nota curiosa, cuando Breguet hizo la presentación de su primer escape tourbillon, lo hace ensamblado en uno de los relojes de bolsillo de Arnold.
Tiempo después interrumpen la producción y es hasta 1995 cuando vuelven a la industria, siempre apegados a la filosofía de la casa relojera, con valores de respeto por el negocio y calidad impecable dedicada al usuario.
Una manufactura que desarrolla y produce todos sus movimientos, con una producción pequeña (la delicadeza de los acabados y mecanismos lo explican). La exclusividad es un sello distintivo que perpetúa el legado de John Arnold.
Los talleres se encuentran en La Chaux-de-Fonds, una ciudad construida por y para la relojería, ahí emergen pequeñas piezas que en realidad son obras de arte. Arnold & Son, una manufactura de identidad impecable y consistente.
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