La alta relojería es un espectáculo apreciada por conocedores, coleccionistas y aficionados. Los relojes pasaron de ser un simple indicador de tiempo a un símbolo de estatus, arte y precisión técnica. Un derroche de declaraciones de estilo y pasión se dan en el Salón Internacional de Alta Relojería (SIAR) que se festeja en la Ciudad de México.
Esta semana se llevó a cabo el SIAR en un contexto agradable de consumo, apreciación, creatividad y exclusividad. Las marcas que participan muestran sus novedades, algunas de ellas ediciones especiales para México o primicias a nivel internacional. Mucho (la mayoría) de lo que se presenta ya tuvimos la oportunidad de descubrir en Watches & Wonders en la ciudad de Ginebra, suiza.
Sin duda es una importante ventana relojera en América Latina, en las últimas décadas el lujo ha aumentado considerablemente en México. Los consumidores mexicanos, cada vez más informados y exigentes, buscan piezas que no solo cuenten con una rica historia y maestría artesanal, sino que también aporten valor como inversión. La alta relojería cobra importancia. Grandes marcas como Patek Philippe, Rolex, Audemars Piguet y Breguet han identificado a México como un mercado estratégico, con un potencial de crecimiento significativo.
Dentro de este entorno, el Salón Internacional de Alta Relojería (SIAR) en México ha sido clave en posicionar al país como un centro neurálgico para la alta relojería en este continente. Fundado en 2007, este evento se ha convertido en uno de los buenos encuentros relojeros que se da de manera íntima y personal.
El SIAR no solo es un escaparate para las últimas innovaciones de las principales casas relojeras, sino que también es un espacio para el diálogo entre marcas y consumidores, fortaleciendo relaciones y abriendo nuevas oportunidades de negocio.
Los asistentes pueden admirar de cerca ediciones limitadas, piezas únicas y complicaciones. Otro de los deleites del evento es que podemos tener un acercamientos con los artesanos y maestros relojeros que realizan demostraciones en vivo, ofreciendo una ventana a los intrincados procesos que definen el arte de la relojería.
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