La historia que hoy te voy a contar podría parecer sencilla, los pétalos de rosa como fuente de inspiración, nada que no haya dicho uno que otro poeta, pero ¿qué me dices de un prestigiado joyero?
Piaget se reconoce por la calidad en sus acabados, sus relojes ultradelgados y por supuesto, los eternos jardines decorados con rosas, de Piaget, obvio. Las rosas no dejan de florecer, de eterna belleza, embriagador aroma y atrapa-corazones ¿suena cursi? Lo es, pero eso es lo que despierta en mí la joyería de Piaget.
Todo comienza aquí. Desde la década de 1960, esta flor ha sido parte de las colecciones de relojes y joyas con sus pétalos dorados engastados con diamantes.
Yves Piaget creó el trofeo para el Concurso Internacional de Rosas Nuevas de Ginebra en 1979 y obsequió al ganador una rosa dorada hecha en los talleres de Piaget.
Su pasión por estas delicadas flores se vio recompensada en 1982 cuando la ganadora del concurso, creada por el famoso criador de rosas Meilland, fue bautizada como la “rosa Yves Piaget ”.
Piaget ha hecho gala de su rica experiencia y habilidad joyera en las colecciones de joyería, en su archivo guarda más de 100 creaciones inspiradas en los delicados pétalos de rosa.
Ya sea en artículos de relojería, joyería y Alta Joyería, se transpira el espíritu de Joséphine de Beauharnais, también conocida como Joséphine Bonaparte, o la emperatriz de los franceses.
Estas colecciones de Piaget reflejan la elegancia de la Emperatriz, conocida por un inigualable estilo con espectaculares vestidos bordados en oro con motivos florales. Exuberante y exótica, como las rosas de Piaget.
La forma de esta flor permite una explotación creativa sin límites, lo mismo es un anillo que un collar, diamantes o cualquier otra piedra semipreciosa.
Claramente todas las piezas que salen de los talleres de joyería de Piaget cuentan con una calidad y acabados que representan el dominio de los oficios artesanales y la precisión joyera.