Uysse Nardin, una marca que se distingue por la vanguardia relojera, si queda alguna duda de esto, basta ver su modelo Freak (sigo extrañando el modelo sin manecillas porque considero esa era la esencia de la colección), dotado de desarrollos técnicos. Hoy, te presento un modelo que también aloja maravillas mecánicas.
No es una novedad el dinamismo estético, creativo y técnico que la firma de Le Locle ha manejado desde hace varios años, como parte del Grupo Kering continúa con el reconocimiento a nivel mundial.
La estructura de la caja en esta colección se distingue por la hermosa vista lateral, bueno, de hecho por donde se le vea te sorprende por la alta calidad de los detalles y acabados. Su estructura permite la apreciación de una novedosa construcción. Te pido te des el tiempo para darle zoom a las imágenes y comprobar lo que te digo, mejor aún si lo tienes en tus manos.
Ulysse Nardin ha replanteado varios conceptos mecánicos y estéticos. En 44 milímetros de diámetro sucede la magia, un medidor del tiempo se convierte en una manifestación de Alta Relojería. Los componentes del mecanismo dispersos sobre la carátula se admiran a través de un cristal de zafiro abovedado.
Existen algunas diferencias por versión, en todas Ulysse Nardin demuestra supremacía técnica. El tourbillon volante viene con rueda de escape, resorte de equilibrio y anclaje en silicio. Esto reduce la fricción sin necesidad de lubricación y hace que el reloj sea menos susceptible a los campos magnéticos.
A favor de la precisión, Ulysse Nardin equipó el Blast Free Wheel con un escape constante, regulando la potencia liberada al tourbillon.