Un detalle que quizá has pasado por alto, ¿por qué los relojes utilizan el número romano IIII en lugar de IV? Al principio para mí era un error, durante la escuela me enseñaron que el número cuatro romano se representaba así: IV. Veamos qué pasa en la relojería.
Sin duda los números romanos nos recuerdan a la elegancia, por lo tanto, en la relojería clásica es casi obvio encontrarnos en la carátula este tipo de numerales, pero existe un detalle, el IIII en lugar del IV, espero no desilusionarte demasiado pero la mala noticia es que como respuesta del porqué, no existe una en concreto, solo teorías que rondan y se adaptan de acuerdo a un momento.
En la mayoría de los relojes vemos el número cuatro escrito de esa forma, claramente existen excepciones como el Big Ben de Londres. La teoría más recurrente está basada en la estética, así es como la recopilación de información del Instituto Británico de Relojería lo ha determinado. El IIII tiene una simetría visual que no se consigue con el IV.
Los números romanos surgieron en Roma, aproximadamente 1000 a. C., era la forma habitual de escribir números en Europa hasta bien entrada la Edad Media, mucho después de la decadencia del Imperio Romano. Los números arábigos llegan a desplazar a los romanos alrededor del siglo XIV, aquí también cambia la importancia del latín e inicia la era del Renacimiento.
Siempre fue una discusión la manera de representar dos números que podrían generar confusión, sobretodo sí pensamos en el porcentaje de población que sabía leer y escribir. Si pensamos que los primeros relojes mecánicos surgieron en el siglo XIII y generalmente estaban ubicados en las iglesias de las plazas y por ende, con números romanos, recuerda que el latín era el idioma católico oficial.
Un misterio el porqué los relojeros decidieron utilizar el IIII en lugar del IV. Existe una teoría, la del “relojero perezoso” esto es, fundir metal y trabajarlo en moldes resultaba más sencillo que si utilizaban el IV.
Otras dos teorías están relacionada con la monarquía. La primera cuenta que en el año 1370, el relojero Henry de Vick recibió el encargo de realizar un reloj que se colocaría en la torre del Palacio Real de Francia (conocido como La Conciergerie o el Palais de la Cité). Cuando el rey Carlos V de Francia vio el reloj se enfureció con el artesano por representar el 4 como IV, a ello, el relojero dijo que así se escribía, pero Carlos V respondió enojado: «El Rey nunca se equivoca» (por algo era apodado El sabio). El reloj fabricado por de Vick continua colocado allí.
La segunda versión cuenta que un relojero suizo confeccionó un reloj encargado por su soberano, cometiendo la equivocación de representar el número 4 como IIII y no IV. El rey mandó ejecutar al artesano y, como protesta ante tal hecho y homenaje, todos los relojeros decidieron utilizar el IIII en vez de IV.
También existe la versión que relaciona este uso a la superstición. Se decía que el IV corresponde a las dos primeras letras de Júpiter [IVPITER en latín], el dios romano, y por tanto su uso para denominar a un número podría considerarse irrespetuoso y por supuesto, una blasfemia.
Cómo verás, tenemos teorías para creer. Por lo pronto, ahora te fijarás como está representado el número cuatro en tu reloj.