Frente a una taza de chocolate caliente tendría que hacerse esta entrevista, no fue así, fue un simple café americano el que invitó a una agradable plática. Con una actitud realista acerca del ambiente financiero y geopolítico que se vive a nivel mundial, Massimo Bonfigli, Gerente de Ventas para Ulysse Nardin dice confiar en que pasará y ve este momento como una oportunidad para crear y reinventarse si hablamos de estrategias de comunicación, que por ahora están entusiasmados con la parte digital.
Algunas marcar relojeras son cautelosas y reservadas en cuanto a producción y lanzamientos de importantes novedades, las destinan para panoramas menos deprimidos, por el contrario, Max nos dice que “en momentos de crisis nosotros no sacrificamos la investigación y el desarrollo de nuevos hallazgos relojeros. Ponemos mucha mas energía para demostrar nuestra capacidad de innovar y sorprender a nuestros clientes. Siempre a favor de la vida del movimiento. Para pasar la crisis es importante innovar, clave para reflejar confianza. Tenemos que seguir en el sentido de producir relojes de alto nivel con estética fantástica”.
Respecto a su intercambio de ideas acerca del mercado mexicano me comentó: “En América Latina se hacen compras por impulso emocional, eso es lo que ofrecemos, un trabajo con alma. Nos gusta el cliente mexicano porque se guía por un buen estado de ánimo, diferente al suizo que para comprar un reloj le toma tres años”
Los cambios de estrategias incluyen estar presentes por primera vez en el SIHH, han cambiado de Basel a Ginebra y su percepción respecto a este cambio nos dice: “Estar en el SIHH nos da ventajas importantes: Ulysse Nardin es una marca de nicho y exclusividad, el estuche de esa sede es perfecto para la marca, otro factor importante es la fecha en la cual se lleva a cabo, es al inicio del año y nos da oportunidad de darle una mejor exposición durante todo el año. Es una aventura, esperamos que funcione de maravilla para la marca”. Con el buen humor que lo caracteriza nos dice que lo podemos torturar y nunca nos revelaría los secretos de lo que se presentará en el SIHH. “Esperen -como siempre- algo novedoso y recuerden que somos una marca que año tras año sorprende”
“Somos una empresa que nos permite bajar la vela y avanzar sigilosamente y la levantamos cuando es el mejor idóneo”
Max porta orgullosamente -pecado sería lo contrario- el Executive Squeleton Tourbillon, un reloj que hace derroche de la vanguardia que caracteriza a la marca suiza. Fusiona dos sentidos valiosos en la relojería: la tradición y un diseño moderno y equilibrado. Cuenta con una caja de 45 mm realizada en titanio con bisel de cerámica en color negro.
El movimiento se ve a detalle a través de una carátula esquelatada que nos deja un buen sabor de boca por el cuidado en los acabados. Además, no tiene ninguna complicación en la lectura de la hora gracias a los grandes números romanos. Cuenta con una reserva de marcha de 170 horas, el tourbillon tiene una frecuencia de 18, 800 alternancias por hora y una rueda de escape elaborada en silicio.