“La belleza impulsa nuestras decisiones, en la belleza encontramos atracción e incluso amor, lo que nos impulsa a invertir. Compramos lo que amamos. Con un reloj, es muy certero. Muy a menudo, el corazón gobierna la cabeza”. Rolf Studer, director ejecutivo adjunto de Oris
Este reloj nace después de que en la industria relojera se vive la crisis del cuarzo, es decir, que se popularizó el uso de este movimiento en los relojes y los automáticos sufrieron su llegada, al punto de creer que ese segmento desaparecería. “El papel de Big Crown Pointer Date en la decisión de Oris, a mediados y finales de la década de 1980, de rehacer la empresa con solo relojes mecánicos fue esencial”, continúa el Sr. Studer. Tenía una historia, un propósito y un valor emocional con el que las novedades efímeras del cuarzo no podían competir. Se convirtió en un emblema de Oris y en símbolo del dramático renacimiento de la industria relojera suiza”.
Los primeros relojes de pulsera para pilotos debían ser muy legibles, de modo que los cálculos pudieran hacerse de un solo vistazo. También tenían que ajustarse fácilmente, ser robustos y fiables, y tolerar las fluctuaciones sufridas en cabina durante el vuelo.
Oris fue fundada en 1904 y sobre 1910 creó su primer reloj para piloto. Louis Blériot había sobrevolado el Canal de la Mancha en 1908 y poco después, Oris creó un reloj de bolsillo con un grabado del avión Blériot en la caja. A éste le siguió, en 1917, su primer reloj de pulsera para piloto, una pieza inteligente que solo se podía ajustar pulsando un botón sobre la corona. Hace dos años, Oris creó una edición centenaria de este reloj único.
La guerra estimuló la evolución del diseño relojero tanto como en aviación. En 1938, Oris creó un reloj conocido como Big Crown Pointer Date. Tenía una gran corona que podía ser fácilmente manipulada por un piloto, incluso con guantes; grandes cifras arábigas, por lo que el tiempo se leía rápidamente; bisel estriado de fácil agarre; y aguja central pointer para la fecha. Era simple, lógico, útil, y funcionó.
Más de 80 años después, los mismos principios de diseño sustentan el Big Crown Pointer Date. Con el tiempo, se ha perfeccionado con mejoras materiales y mecánicas, pero su eterno espíritu pionero permanece.