Ardbeg, una destilería con raíces profundas en la pintoresca Isla de Islay, Escocia, nos presenta una obra maestra de la destilación en forma de su aclamado whiskey Este elixir ahumado y lleno de carácter ha conquistado los paladares de los conocedores, elevando la experiencia a nuevas alturas.
Lo que hace al Ardbeg verdaderamente inconfundible es su distintivo sabor ahumado. La turba, extraída de los páramos locales de Islay, se convierte en una esencia fundamental en el proceso de malteado, impregnando las maltas con el humo que define al Ardbeg. Al primer sorbo, una ola de notas salinas y marinas se despliega, transportando al bebedor a la costa atlántica que baña la isla.
El corazón de este whiskey radica en su proceso de destilación. Ardbeg mantiene tradiciones centenarias, empleando alambiques de cobre que capturan la esencia de la destilación lenta y cuidadosa. Este método preserva las complejidades de los sabores, desde la dulzura de la vainilla hasta las especias que se entrelazan armoniosamente.
El envejecimiento en barricas de roble ex bourbon y jerez añade capas adicionales a la personalidad del Ardbeg. Durante años, la esencia de la madera fusiona sus matices con el líquido dorado, creando una danza de sabores que evoluciona con cada año de maduración. El resultado es una riqueza y profundidad que hacen honor a la tradición escocesa de la destilación.
El whiskey Ardbeg es más que una bebida; es una experiencia sensorial que transporta a los amantes del whiskey a las costas escocesas y los campos de turba de Islay. Cada sorbo cuenta una historia de tradición, maestría y el inconfundible espíritu de esta destilería única.
Hoy, la destilería presenta dos whiskies históricos emblemáticos de momentos cruciales del pasado de la destilería. Unidos como Ardbeg The Rollercoaster, los dos raros single malts se destilaron en 1981 y 1989 y encarnan el espíritu incontenible y la supervivencia de Ardbeg contra todo pronóstico.
“Del momento más peligroso de nuestra destilería surgen dos embotellamientos irrepetibles que llevan a Ardbeg a nuevas alturas. Ardbeg La montaña rusa muestra lo lejos que ha llegado nuestra destilería desde su pasado incierto”, Caspar MacRae , director ejecutivo de Ardbeg.
Fundada hace más de dos siglos, Ardbeg sufrió durante la crisis que afectó a toda la industria del whisky escocés en la década de 1980, lo que obligó a cerrar la destilería. Reabrió sus puertas con un nuevo propietario en 1989, comenzando un nuevo y valiente capítulo.
El primer whisky Ardbeg The Rollercoaster se creó apenas dos semanas antes del cierre de la destilería, utilizando la última barrica que quedaba de las existencias de 1981. El segundo, destilado en 1989, celebra el resurgimiento de Ardbeg.
“Hoy en día, Ardbeg es uno de los whiskies más coleccionables del mundo. Hemos construido una nueva destilería para garantizar el futuro del legendario licor ahumado de Ardbeg y recientemente hemos invertido en un conocido hotel en Islay, para poder crear una experiencia de hospitalidad de primer nivel tanto para residentes como para visitantes”, Caspar MacRae , director ejecutivo de Ardbeg.
Sígueme en mis redes sociales: