La diferencia de milésimas de segundos puede llevarte al placer de la victoria, de eso se trata el tiempo en competiciones. Pero, ¿Quién toma los tiempos en los Juegos Olímpicos por ejemplo? ¿Cuáles son los criterios para elegir a la marca responsable de decidir quién es el gran ganador?
Conseguir una medalla de oro o plata dependerá, por supuesto, de la condición tanto física como emocional del atleta, pero el cronometraje determina quién sube al podio.
En todos los casos, la evolución tecnológica ayuda desde siempre a que un atleta se suba a lo más alto del podio. Antes, el cronometraje se hacía de manera manual, hoy, la tecnología es de vanguardia y apunta a la precisión de una milésima, una nariz o uña son la diferencia visible que arrojan el resultado.
Hoy se inauguran los Juegos Olímpicos Tokio 2020, se llevan a cabo bajo diferentes condiciones, después de todo, esta conmemoración se escribirá en la historia de este evento por la naturaleza que se vive a nivel mundial por un tema sanitario.
Sin duda, el nombre de OMEGA en el cronometraje de los Juegos Olímpicos (y otros eventos deportivos de talla internacional), como cronometrador oficial ha tenido retos, el primero invertir, desarrollar y demostrar una precisión en el campo de juego.
Aquí un poco la historia..
Desde 1932, los Juegos Olímpicos de Los Ángeles marcan un parteaguas en este evento si hablamos de tecnología, se modernizó al ritmo que demandaban las propis competencias. Se utilizaron por primera vez los podios de primer, segundo y tercer lugar. Pero, apegados a nuestro tema el día de hoy, se profesionalizó la medición del tiempo.
Aquí, OMEGA utilizó 30 cronógrafos de alta precisión, todos certificados cronómetros por el Observatorio de Neuchâtel. Estar presente lo logró gracias al certificado de precisión que presumen en cada cronógrafo. Gracias a ello, fue posible medir décimas y quintos de segundos.
En Berlín 1936, se ocuparon 185 cronógrafos llevados desde Bienne a la capital alemana.
Para 1948 se utilizaron por primera vez células fotoeléctricas en los Juegos Olímpicos de Invierno, como se llevaron a cabo en St. Moritz (Suiza) eran necesarias soluciones como conexión a red eléctrica, impermeabilidad y por supuestol, una buena resistencia a cambios climáticos, específicamente la temperatura. Entonces, llegan con una tecnología infrarroja.
En 1952 La British Race Finish Recording desarrolló la primera cámara photofinish, bautizada en ese momento como “Magic Eye”. Los tiempos registraron una centésima de segundo.
La innovación más importante en 1956 fue el Swim Eight-O-Matic, el primer cronómetro semiautomático desarrollado para las competiciones de natación.
Desde 1961 OMEGA empieza el desarrollo de algo que cambiaría la medición del tiempo. Para 1964, el Omegascope revoluciona con el concepto de “tiempo real” en las transmisiones deportivas televisadas sobreponiendo números luminosos en la parte inferior de la pantalla. Adiós a las dudas, no podía haber margen de error si esa pantalla la veían millones de telespectadores, fue utilizada en los Juegos de Invierno de Innsbruck (Austria), los primeros Juegos Olímpicos completamente cronometrados electrónicamente.
En los Juegos Olímpicos de 1968 aparece el Photoprinter, tecnología que permitía la transmisión de resultados más rápida. También nacen las “touch pads” permitían a los nadadores parar el cronómetro con sus propias manos, podrían prescindir de los cronometradores en el borde de la piscina.
En 1972 cambian las reglas y desde entonces los tiempos se miden por centésimas de segundos. ¿Recuerdas las historia del sueco Gunnar Larsson, doble campeón europeo y el estadounidense Tim McKee, cubrieron la distancia en 4:31.98. Larsson fue oficialmente declarado vencedor gracias a su tiempo de 4:31.981 contra 4:31.983. A partir de esa controversia, el cronometaje cambió.
El Game-O-Matic llegó en 1980, tecnología que calculaba y visualizaba la clasificación de los atletas en el momento en que pasaban la línea de llegada.
Los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984 se utilizan imágenes photofinish a color. Además, se utilizan detectores de salida en falso.
Gracias al cronometraje informatizado de 1988, se pudieron conservar los resultados y análisis en bases de datos.
Scan-O-Vision, un sistema que medía de forma digital el tiempo con una precisión de una milésima de segundo en la línea de llegada. Eso fue en 1992.
En 1996 en Atlanta, se probó el primer cronometraje olímpico “global”, es decir, para cada deporte y disciplina existía la siguiente comprobación: el cronometraje, el procesamiento de datos y el anuncio de los resultados. La secuela del Omegascope y del cronometraje integrado (Juegos Olímpicos de 1968 en México), son parte de la tercera revolución en el cronometraje moderno.
En el 2000 se presenta el Live Timing. Todos los resultados en internet en menos de 15 segundos después deque el nadador tocara la “touch pad”.
En Pekín, en el 2008, se presumen cámaras de alta velocidad, también el uso de sistemas de GPS y BIB Transponders. Aquí por supuesto nos acordamos de Michael Phelps que derrotó al medallista de plata por una centésima de segundo, la cámara de video de alta velocidad confirmó la victoria del nadados.
En 2010 en Vancouver lo más novedoso fue el sistema de salida electrónico.
En Tokio 2020, las nuevas tecnologías estarán dadas en la detección de movimiento para la medición de los datos en tiempo real.
Como hablamos de OMEGA como el gran ganador, aquí te dejo algunas de las ediciones limitadas que la casa relojera lanzó a propósito de los Juegos Olímpicos Tokio 2020.