El H. Moser & Cie Streamliner Flyback Chronograph fue lanzado el pasado mes de enero y la marca acaba de lanzar el nuevo, más pequeño, Streamliner Center Seconds de nivel de entrada en un nuevo dial “Matrix Green”.
Esta variante reducida de solo tiempo luce el brazalete integrado muy atractivo y cómodo que debutó con el Streamliner inaugural, aunque una caja más delgada lo convierte en un reloj deportivo de tamaño casi perfecto. A diferencia del Flyback Chronograph, el Streamliner Center Seconds no está limitado y tiene un precio de aproximadamente la mitad que el de su hermano mayor.
El Streamliner es un peculiar reloj deportivo de pulsera integrado que está destinado al entusiasta o coleccionista que simplemente se aburre con los modelos habituales. La caja distintiva en forma de cojín del Flyback Chronograph tenía 42 mm de ancho, pero esta nueva variante Center Seconds lo clava absolutamente con las proporciones: 40 mm de ancho, 11,8 mm de grosor (eso es con el cristal), y aunque no hay asas reales para hablar de ello, medí la carcasa para que tuviera una altura de 39 mm entre terminales.
Para una forma de caja como esta y una pulsera tan arquitectónica y estilizada, encontré que el tamaño era absolutamente ideal para mí. Ah, y la resistencia al agua sigue siendo de 120M.
El movimiento utilizado en los Center Seconds no es comprensiblemente el espectacular cronógrafo HMC 902 Flyback, pero tengamos en cuenta que el Center Seconds tiene un precio de aproximadamente la mitad.
Aquí pueden ver el HMC 200 interno que debutó hace unos tres o cuatro años (debutando junto con Endeavour Center Seconds), que es algo así como un nivel de entrada para la marca. Hecho con un rotor de oro de 18k, el HMC 200 cuenta con el Straumann Hairspring de la marca y funciona a 21.600 vph con una reserva de marcha de 72 horas.
El H. Moser & Cie Streamliner Center Seconds debuta con un nuevo color de esfera, que la marca ha denominado “Matrix” verde. El verde fumé se ve muy bien, incluso si está muy de moda en este momento.
Al principio se dudaba un poco porque la esfera se vería un poco estéril, pero la vitalidad del fumé junto con el brazalete y la caja futurista de casi mediados de siglo hacen que la pieza sea tan ruidosa como el color de moda.