En el corazón de las tradiciones mexicanas, donde el saber hacer artesanal se entrelaza con la riqueza de la tierra, emerge Mezcal MUR. Esta marca rinde un profundo homenaje a un ser único para nuestro planeta: el murciélago.
Este mamífero exótico, a menudo incomprendido, desempeña un papel crucial en la polinización de una porción significativa de los agaves del mundo, su papel es crucial en el proceso para obtener un mezcal de calidad. Es gracias a esta simbiosis natural que nuestra apreciada bebida, el mezcal, puede nacer y deleitar nuestros sentidos.
Mezcal MUR, cuyo nombre evoca al «maestro en la elaboración del Mezcal MUR», encarna la dedicación y el respeto por las técnicas ancestrales de producción. Cada botella es el resultado de una cuidadosa selección de agaves maduros, esos dones de la tierra que tardan años en alcanzar su plenitud. A través de un proceso de destilación que honra las prácticas transmitidas de generación en generación, Mezcal MUR promete llevar a los consumidores a un viaje sensorial único, una exploración profunda de los sabores auténticos de Oaxaca, la cuna del mezcal.
Galardonado en competencias internacionales, Mezcal MUR invita a descubrir la complejidad que reside en cada sorbo. Es una bebida que trasciende las barreras del conocimiento previo, acogiendo tanto al experto conocedor que busca nuevas profundidades, como a aquel que se aventura por primera vez en el fascinante mundo de esta espirituosa ancestral.
Para adentrarnos aún más en la esencia del mezcal, es imprescindible comprender su rica historia y los meticulosos procesos que dan vida a esta bebida espirituosa de carácter inigualable.
Un Viaje a Través del Tiempo: La Historia del Mezcal
Los orígenes del mezcal se pierden en la bruma del tiempo, entrelazándose con las civilizaciones prehispánicas de México. Mucho antes de la llegada de los españoles, las culturas indígenas ya fermentaban el agave para producir bebidas rituales y ceremoniales. Se han encontrado evidencias arqueológicas que sugieren la producción de destilados de agave hace miles de años, aunque la técnica de destilación tal como la conocemos hoy en día fue introducida por los españoles en el siglo XVI.
Con la llegada de los alambiques, la producción de mezcal evolucionó, pero mantuvo sus raíces artesanales. Durante la época colonial, el mezcal fue a menudo relegado a un segundo plano frente a otras bebidas alcohólicas, pero su arraigo en las comunidades rurales de Oaxaca y otras regiones productoras se mantuvo intacto.
Fue en el siglo XX cuando el mezcal comenzó a ganar reconocimiento fuera de sus fronteras locales, impulsado por su sabor único y su conexión con la cultura mexicana. Hoy en día, el mezcal goza de una creciente apreciación a nivel mundial, valorado por su complejidad, su diversidad de perfiles aromáticos y su profundo vínculo con la tradición.
El Arte de la Elaboración: Procesos para un Mezcal de Calidad
La calidad excepcional de un mezcal como Mezcal MUR no es casualidad, sino el resultado de una serie de procesos meticulosos que respetan la materia prima y las técnicas ancestrales. Estos son algunos de los pasos fundamentales para obtener un mezcal de excelencia:
- Selección y Cosecha del Agave: La base de todo gran mezcal reside en la elección de agaves maduros y de la especie adecuada. Las variedades más comunes incluyen el Espadín, pero también se utilizan otras especies silvestres como el Tobalá, el Arroqueño y el Tepextate, cada una aportando perfiles de sabor únicos. La jima, o cosecha del agave, se realiza a mano, extrayendo únicamente el corazón o «piña» madura.
- Cocción del Agave: Las piñas de agave se cuecen tradicionalmente en hornos cónicos de tierra, utilizando leña y piedras calientes. Este proceso lento y ahumado convierte los carbohidratos complejos del agave en azúcares fermentables, a la vez que imparte al mezcal sus característicos aromas ahumados.
- Molienda: Una vez cocidas, las piñas se muelen para extraer el jugo dulce o «mosto». Tradicionalmente, esta molienda se realiza con una tahona, una rueda de piedra tirada por animales, aunque también se utilizan métodos más modernos.
- Fermentación: El mosto se traslada a tinas de madera, barro o acero inoxidable, donde se deja fermentar de forma natural con las levaduras presentes en el ambiente. Este proceso puede durar varios días o incluso semanas, y es crucial para el desarrollo de los sabores y aromas del mezcal.
- Destilación: El mosto fermentado se destila generalmente dos veces en alambiques de cobre. La primera destilación produce un líquido conocido como «ordinario», mientras que la segunda destilación refina el alcohol y permite al maestro mezcalero seleccionar los «corazones» de la destilación, la parte más pura y aromática.
- Maduración (Opcional): Algunos mezcales se dejan reposar o añejar en barricas de roble, lo que les confiere mayor complejidad, suavidad y notas amaderadas. Los tiempos de maduración varían, dando lugar a categorías como el «reposado» y el «añejo».
- Envasado: Finalmente, el mezcal se envasa, listo para ser disfrutado y compartir la riqueza de su historia y su sabor único.
Mezcal MUR encarna esta tradición y este cuidado en cada etapa de su elaboración, honrando al murciélago como un símbolo de la conexión vital entre la naturaleza y esta bebida espirituosa excepcional. Al degustar un sorbo de Mezcal MUR, no solo experimentamos un líquido exquisito, sino que también nos conectamos con un legado ancestral y la magia de la tierra oaxaqueña.
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