El Portugieser se distingue por su elegante simplicidad y su enfoque en la funcionalidad. A lo largo de las décadas, IWC ha mantenido estas cualidades, aunque introduciendo innovaciones técnicas y refinamientos estéticos que lo han convertido en un ícono moderno. Hoy, se presenta con la carátula en color Dune, conócelo conmigo.
La colección Portugieser de IWC Schaffhausen es una de las líneas más icónicas y reverenciadas en la alta relojería. Su historia se remonta a finales de la década de 1930, cuando dos comerciantes portugueses encargaron a IWC la creación de un reloj de pulsera con la precisión de un cronómetro marino.
Hasta ahora, su esencia lo sitúa en uno de los favoritos entre los coleccionistas. En aquella época la marca de relojes logró un reloj grande, de caja redonda y con un diseño claro y legible, características que han definido a la colección desde entonces.
Entre las características más notables de la colección se encuentran las carátulas elegantemente limpias. Una de las referencias más emblemáticas es el Portugieser Chronograph, que combina la elegancia clásica con la precisión de un cronógrafo moderno.
Este año, la colección estrella para IWC Schaffhausen fue la Portugieser, diferentes colores como el Horizon Blue, Obsidian y el que ahora te presento que es el Dune. Todas, logran capturar diferentes atmósferas, diferentes momentos del día, mañana (Horizon Blue), atardecer (Dune) y noche (Obsidian).
En color Dune tenemos el Portugieser Cronógrafo Rattrapante de 1995, se introdujo el cronógrafo en la familia Portugieser. Desde entonces, esta complicación funcional aporta un toque de elegancia deportiva a la colección. La disposición vertical de las subesferas típica de IWC sitúa los minutos cronometrados directamente a las 12h, lo que facilita su lectura, mientras que el segundero pequeño se localiza a las 6h.
Otra característica distintiva del diseño es el realce interior impreso con una escala de cuartos de segundo, que permite lecturas de tiempos de parada de alta precisión.
Destacan sobre todo las esferas, elaboradas con gran minuciosidad. Las bases de latón se tratan primero con un acabado con efecto de rayos de sol antes de aplicar el color correspondiente. A continuación, se superponen 15 capas de lacado transparente, se esmerilan finamente y luego se pulen hasta obtener un acabado de alto brillo. Los totalizadores están fresados tanto en la base de latón como en la capa de lacado. La impresión, que se realiza mediante un proceso especial, consigue aumentar aún más el efecto tridimensional. Para terminar, los apliques se montan a mano de forma individual.
El proceso completo de fabricación de estas carátulas comprende más de 60 pasos y es una práctica que resulta muy difícil de dominar.
También se presentó el Portugieser Cronógrafo (Ref. IW371624) en acero inoxidable, manecillas chapadas en oro y apliques de oro, además de una correa de piel de aligátor negra. Esta combinación refleja el estado de ánimo al atardecer, con la luz dorada de la puesta del sol. Los apliques de oro parecen flotar sobre la esfera gracias al elaborado acabado lacado.
El Portugieser es más que un reloj; es una declaración de buen gusto y sofisticación. Cada modelo refleja la rica herencia de IWC, al tiempo que incorpora avances modernos que lo hacen relevante en el mundo contemporáneo. Para los amantes de la relojería que buscan una pieza que combine historia, arte y tecnología, el Portugieser es una elección inigualable.
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